Junio, 2016
La alumna Carla Maruente, del Colegio Alkor, recibió un premio del Ayuntamiento de Alcorcón por el trabajo de "orejas amigas" (aula de escucha), puesto en marcha en el centro para colaborar en la promoción de la convivencia pacífica con la participación y protagonismo del alumnado. Enhorabuena
Con Francisco y Rafa, Policías Tutores del Ayuntamiento
La experiencia del Colegio Alkor de Alcorcón,
contada por sus protagonistas
Ana García-Trevijano, orientadora del centro
Sin condiciones. Te escucho.
Vivimos deprisa. Todos
corremos y tenemos poco tiempo. Es así en casa, en el trabajo, en el colegio.
Solo que a veces no podemos seguir, continuamos inmersos en nuestra rutina pero
hay un nudo en nosotros que ya no nos deja correr, trabajar, y a veces, ni
siquiera comer o dormir. Entonces hay que hablar. La palabra cura. La palabra
dicha porque la prisionera, la que dejamos dentro de nosotros y se va
enquistando, esa, esa solo hace daño. Pensando todo esto (en un momento de esos
en que uno se para) y algunas cosas más (pues son varios años ya los que
llevamos sacando adelante proyectos dentro de nuestro Plan de convivencia)
surge Orejas amigas. Y es que si hay
algo mejor todavía que soltar lo que se nos ha anudado es que alguien esté al
otro lado, tomando nota de lo que decimos, poniéndose en nuestro lugar,
escuchándonos, sin condiciones. No es mucho, pero en estos tiempos que corren
(como nosotros) a veces parece demasiado. Por eso decidimos apostar por este
espacio en el que los alumnos son los protagonistas, este lugar en el que no
hay juicios, ni prejuicios, donde uno puede desahogarse y hasta solucionar sus
problemas. Aprender y estar bien. No hay mejor binomio. Puedes parar un poco y
leer lo que viene a continuación. Y quién sabe, igual, algún día, tú también
eres una oreja amiga.
El detonante, la chispa que
provocó la apertura del aula de Orejas Amigas del Colegio Alkor fue una sesión
formativa de los chicos y chicas del Proyecto de Alumnos Ayudantes TIC. Al
terminar, una alumna de primaria solicitó hablar con ellos para contarles un
problema que había tenido y pedir ayuda y consejo. La intervención resultó muy
provechosa y acertada por lo que pensamos en la conveniencia de organizar esta
ayuda de manera más “oficial”.
Para ello organizamos al
equipo constituido por los alumnos voluntarios del grupo de Delegados de Buen
Trato y Alumnos Ayudantes TIC, preparamos sesiones básicas de formación en
mediación y resolución de conflictos insistiendo mucho en saber diferenciar los
casos que incumben al aula y pueden solucionarse a ese nivel y aquellos otros
que, por sus características, deben ser derivados a los tutores o a
Orientación.
Asimismo pactamos espacios
y tiempos. Los alumnos trabajarían
siempre de dos en dos para asegurar la objetividad y sentirse apoyados. De esta
manera, los alumnos del centro saben que todos los miércoles, en la hora del
recreo tienen a su disposición una pareja de alumnos en un aula fija que
estarán encantados de escucharles y aconsejarles.
“El aula de escucha de Orejas amigas es una iniciativa presentada por
Nuria, una profesora del colegio y Ana, la orientadora a raíz de la influencia
del proyecto de Alumnos Ayudantes TIC y Delegados de Buen Trato. Vieron que se
necesitaba este apoyo para ofrecer esta ayuda a los alumnos con problemas.
Antes de comenzar el proyecto nos dieron unas pequeñas charlas sobre
mediación para que pudiéramos realmente ayudar a quien lo necesitaba estando
más capacitados para ello. Invertimos tiempo en organizarlo. Además es una
iniciativa que se realiza en los patios por lo que requiere por parte de los
alumnos que formamos parte del proyecto bastante compromiso y, de alguna forma,
un sacrificio. La recompensa de sentir que ayudas a alguien y como te lo
agradecen crea una satisfacción inmensa.
A veces es difícil dar la confianza requerida a los alumnos para esta
actividad `pues tienen que sentir que estás plenamente a su lado, transmitirles
la seriedad y compromiso del momento.
Fue un poco difícil al principio, pero después de ver que su reacción era
completamente positiva, y que acudían a nosotros con confianza, sin miedo y
cómodos, nosotros mismos nos sentíamos más a gusto, pues veíamos que el
esfuerzo puesto para que este proyecto saliera adelante valía la pena.”
Henar Pereda, alumna coordinadora Alumnos Ayudantes
TIC 2014-15.
“Somos un grupo de estudiantes, tanto del Proyecto de Buen Trato de ANAR como de Alumnos Ayudantes TIC, a los que
se nos propuso formar parte de un proyecto llamado Orejas amigas. Es un aula de
escucha activa, donde nosotros, los mayores, ejercemos de moderadores respecto
a los problemas con los que nos vienen los más pequeños de la ESO y de
primaria. A esta actividad se asiste voluntariamente y solo sí las partes
quieren de verdad solucionarlo, nosotros no podemos obligar a nadie a querer
resolver un conflicto. Nuestra tarea no es dictarles la solución a su
discusión, sino guiarlos para que ellos lleguen hasta ella mediante ejercicios
de empatía y escucharse el uno al otro. Como es lógico, vas a hacer más caso a
una norma en la que has colaborado que a una que te han impuesto. Así de
sencillo, aplicamos este método con los chavales. Nosotros, aun así, les
podemos dar consejos para que el resultado sea mejor, pero son ellos los que
deciden cómo acabar el problema. Con esto, conseguimos que aprendan a llegar a
acuerdos entre ellos y a respetar las ideas y el punto de vista de los demás.
Nosotros, obviamente, también aprendemos de esta experiencia a cómo afrontar
los problemas y cómo ayudar a los demás. Es una experiencia genial.”
Lucía Montero, alumna coordinadora Proyecto Buen
Trato (ANAR).
“Se podría decir que formar parte de Orejas amigas es una de las
experiencias más bonitas que he tenido desde que me involucré en convivencia en
el proyecto de Alumnos Ayudantes TIC. Es
una satisfacción personal cuando ves que esas personas; las cuales han depositado
en ti su confianza, te confían sus problemas e
inquietudes pensando que tú serás
capaz de ayudarles. En cierto modo se podría decir que Orejas amigas no son
solo esas sesiones de ayuda, sino que se amplía a otros ambientes, como podrían
ser los recreos o el comedor. El resto de alumnos va cogiendo confianza contigo
y tratándote como a un igual, no como a una figura de autoridad. Y la
confianza y el cariño crecen
notablemente. Al formar parte de este proyecto también maduras y aprendes, te
das cuenta de la importancia de las acciones y de cómo estas pueden llegar a
afectar en la vida de los demás. También aprendes técnicas de moderación y
llegas a comprender más los problemas de cada edad; ya que los problemas de un
niño de 5º de primaria se diferencian en gran medida con los de la ESO. He
tenido la oportunidad de hacer frente a problemas mayores y problemas de menor
rango. Se podría decir que a lo largo de este año me ha dado tiempo a
comprender más el pequeño mundo que es nuestro colegio. Y por ello, os
recomiendo que os involucréis en cualquier proyecto de esta índole. Cuando la
gente forma parte de este proyecto, tan
especial, crece como persona por los valores aprendidos y por la madurez
acumulada. La pregunta final sería: ¿Quién no querría formas parte de Orejas
amigas? ¿Quién no querría ayudar al resto de gente desinteresadamente? No
dudéis; Orejas amigas es un proyecto que hay que vivir, aprovechar la
oportunidad que os ofrece el colegio. Podréis cambiar la vida a alguien. Lo
digo por experiencia propia...”
Carla Maruente, alumna coordinadora Alumnos Ayudantes TIC 2015-16.
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